Mi blog de rarezas, lo que me pasa, lo que veo, lo que leo,
lo que escribo, lo que sueño, lo que pienso,
lo que siento, lo que hay, lo que me gusta y lo que no,
pero sobre todo mi amor por mi hijo,
entre miles de chifladuras más!

viernes, 30 de abril de 2010

¡Un feliz primer día del niño para Vladimir!


Vladimir está por cumplir medio año de vida (seis meses que para mi han sido maravillosos) y hoy festejamos su primer Día del Niño, aunque ahorita ni pele lo que eso significa ni sepa porque le compran ropa nueva y le dan juguetes. Pero yo, como buena madre primeriza, pues lo llevé a su primer convivio en la escuela y todo. Quizá cuando Vlad sea mayor me pregunte y pues tengo que empezar a reunir anécdotas, o ¿estoy exagerando?

Y pues bueno, ya entrados en esto, me puse a investigar un poco acerca de los orígenes de éste, porque o no me lo enseñaron en la primeria o de plano no puse atención (como siempre). Y encontré que a partir de 1954 se instituyó el Día Universal del Niño por recomendación de la Asamblea General de las Naciones Unidas. La ONU lo celebra el 20 de Noviembre, en conmemoración a la aprobación de la Declaración de los Derechos del Niño en 1959 y de la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989.

En Argentina se celebraba el primer domingo de agosto, pero en la década de los noventa la Cámara del Juguete propuso que se cambiara al segundo domingo debido a que en la otra fecha muchos padres aún no cobraban su sueldo. ¿Por qué todos los días festivos han de usarse para lucrar?

Hasta donde yo me acuerdo siempre tuve Días del Niño felices, con regalos y el típico convivo en el cole, para el cual estafan a tus papás con el pretexto de que llevarán comida apropiada para la celebración (por lo general comida chatarra) y siempre terminas llevando a casa todos los “manjares” envueltos en servilletas y, si hubo pastel, tu pedazo aplastado entre dos platos. Y, quien sabe por qué, de la bolsita de dulces que te dan sólo te gustan dos o tres y el resto se quedan en algún lugar sin que nadie en el resto del año los vuelva a tocar.

Los maestros creen que, por haber enseñado a sumar a varias generaciones de chamacos, conocen los gustos de los niños y ponen en los altavoces música o pasada de moda o en verdad ridícula, que a los más chiquitos no les gusta y a los más grandes les aburre. Los de en medio la bailan pero unos años más tarde se arrepienten de lo que fueron capaces de hacer. O en otros casos, como el de mi hermana de siete años, les llevan un grupo de rock y esperan que los chavitos brinquen y se avienten unos a otros cantando a toda voz “¡ingrata! No me digas que me quieres…” como si ya estuvieran en la adolescencia, por favor! Y de eso me enteré por que la escuela de mi carnalita está cruzando la calle y pues cada lunes tengo que chutarme el “Mexicanos al grito de gueeeeerra!...” jajajaja, como si fuera muy divertido. Pero bueno, esa es otra historia.

Por ahora sólo espero que mi hijo en años venideros no me odié por ponerlo junto sus compañeritos en una foto grupal cuando las únicas que disfrutamos de esas cosas somos las mamás.

Y para finalizar les deseo un Feliz Día del Niño a todos lo niños y no tan niños y para todos aquellos mayores que aún disfrutan de esas cosas que les recuerdan su niñez (y me incluyo). Procuren conservar su niño interior, eso muchas veces hace la vida menos aburrida!! Hasta la próxima!

miércoles, 21 de abril de 2010

Poema...


Cuando todavía la noche
carga con nuestro silencio,
cuando todavía el cielo sin estrellas
está rasgado por nuestra pasión herida,
cuando la soledad se ahoga
con nuestras lágrimas de miedo,
cuando en la oscuridad se mueven
nuestros sueños moribundos
y nos alejan de alguna salida.

Cuando tu lejanía araña
mi impaciencia y la debilita,
cuando el de los ojos verdes
se traga mi alma
y en su sistema digestivo la marchita,
cuando mis manos están cansadas
de querer palpar lo etéreo
y de querer tocar tu risa,
cuando la luna se mete en el cielo
y se burla de mí y de mi decadente vida.

Cuando mi garganta se destroza
con gritos que no puedo gritar,
cuando mi demencia se emociona
extasiada con sueños y recuerdos
que no ha podido borrar,
cuando el vacío se acomoda
a modo de que yo siga cayendo
sin llegar nunca a un lugar,
cuando el tiempo se encapricha
y me roba la noción
dejándome sin nada
con lo que yo pueda contar.

Cuando los ojos del dulce ser se cierran
y los de un ángel también,
es cuando mi amor sigue allí intacto
y resuelto a no desaparecer.

Cuando tú, vida mía,
suspiras en el filo del anochecer,
mis ojos amenazan con cerrarse
y, tal vez, jamás volverte a ver.

sábado, 10 de abril de 2010

Un Oscuro Pasajero.


Hace poco terminé de leer unos libros de Jeff Lindsay que tratan acerca de un simpático asesino en serie llamado Dexter. En el primer libro, titulado El Oscuro Pasajero, Dexter narra la forma en que acostumbra hacer su “trabajo”, como él lo llama. En realidad es un asesino serial fuera de serie, porque sólo mata a otros asesinos. Dexter también trabaja para la policía de Miami, lo que le facilita las cosas a la hora de dar con monstruos sin escrúpulos que merecen encontrar la muerte en sus manos. Lo que me llama la atención es que tiene una especie de habitante interior que le habla, lo guía y le dice cómo debe de actuar ante estos infelices que entre ambos se dedican a exterminar. Conforme iba leyendo El Oscuro Pasajero y luego Querido Dexter y al final Dexter en la Oscuridad, me puse a pensar en esas… ¿Almas? ¿Habitantes? ¿Voces demoníacas? En realidad no sé cuál es el termino correcto, pero Dexter no es el único que comparte su psique con una de estás personalidades. Y de eso hablo el día de hoy, de esos personajes.

Dexter habla de sí mismo, como de un monstruo que gracias a la ayuda de su padre adoptivo aprendió a pasar por humano y a satisfacer las necesidades del pasajero, asesinar (pero no matando sólo por matar) y, lo más importante, no ser atrapado. El oscuro pasajero sabe instintivamente cuando se encuentra frente a alguien igual a él, sabe lo que debe de hacer y cuando. Aunque en el tercer libro se vio ahuyentado por una especie de dios milenario que exigía sacrificios de gente como Dexter.

En la película Mr. Brooks el protagonista también tiene un “pasajero”, lo llama Marshall y, a pesar de ser el hombre del año, padre de familia y buen samaritano, tiene que hacer huecos en su agenda para cumplir las exigencias de su alter-ego. Aquí Marshall también le habla y le dice cómo debe actuar, pero resulta ser un poco más manipulador e impaciente que el oscuro pasajero de Dexter. Y creo que los mejores asesinos de la historia, los que no fueron atrapados, como Jack the Ripper, debieron haber tenido uno de estos porque son como repelentes para la policía.

De otro tipo son los que tienen una de estas personalidades pero no lo saben; y el pasajero toma el control total de la persona sin que esta pueda darse cuenta y mucho menos evitarlo. Como en la película La Ventana Secreta donde actúa mi amado Johnny Depp. Aquí interpreta a un escritor llamado Mort Rainey que crea a un granjero y sin saberlo le da vida. Este granjero se hace llamar John Shooter y es completamente independiente de Mort, incluso lo amenaza y luego comienza a asesinar sin que mi amado Depp (bueno, su personaje) se de cuenta de que es él mismo quien hace todo eso.

Otro caso similar es el de David Callaway, en la película Mente Siniestra, que tras ser engañado por su esposa aparece su pasajero, llamado Charlie y a través de él desata sus sentimientos negativos y sus frustraciones; y como tampoco se da cuenta culpa a su hija de todas sus bajezas, ya que para ella Charlie es como su amigo imaginario. La diferencia es que aquí el protagonista sí es descubierto y muere.

Y por último tenemos al entrañable Dr. Jekyll, aunque claro su caso es un tanto diferente, ya que Mr. Hyde no se podría llamar pasajero. Además el hecho de que Hyde exista es gracias a un acto deliberado del Dr. Jekyll y él y sólo él es responsable de las acciones de su oscura personalidad.

Y bueno, creo que hasta aquí llega mi conocimiento de esas cosas, aunque seguro habrá algún libro o película de los que no me acuerdo en este momento. Pero el punto que quería tratar era que cualquiera de nosotros es vulnerable de tener como huésped a uno de estos pasajeros y de ser así lo mejor sería estar conscientes de ello, porque de otra manera nuestro propio inquilino se podría volver contra nosotros y eso como que no estaría padre. Bueno, en realidad esto es sólo ficción, pero no olvidemos que sí hay trastornos psicológicos donde este tipo de situaciones no resultan tan ajenas…

Esperando que les haya agradado mi análisis, les mando a todos un abrazo, hasta la próxima!!!

jueves, 8 de abril de 2010

Enrique Bunbury: el mejor.


A petición de mi mejor amigo del rock and roll (el joven Villegas) decidí publicar un post acerca de Enrique Bunbury (nuestro gran ídolo) y hablar un poquito de la amistad que me une a este chico.



Quién no ha escuchado alguna vez “me calaste hondo, y ahora me dueles…”, o “quién pudo ser? Quiero que seas tú, dímelo dímelo una vez…”, o “lady, lady blueeeee…”. Claro, son canciones del señor Enrique Bunbury, el mejor tío rockanrollero que puede haber en el mundo. Yo tenía como trece años cuando me dedicaron la canción titulada Al Final; en aquel entonces la neta apenas si sabía quienes eran los Héroes y me latía la rolita de “entre dos tierras estás y no dejas aire que respirar”, obvio que en ese video era súper jovencito y se veía guapísimo (guapísimo sigue siendo, joven… pues ya no tanto). Pero a raíz de ese vals con el corito de “y al final quiero verte de nuevo contenta sigue dando vueltas si aguantas de pie” pues me enamoré de él. Me busqué el disco de Flamingos y no dejé de escucharlo hasta aprenderme todas las canciones y dejar rayado el último track. De ahí en adelante, pues bueno Enrique Bunbury era digamos que uno de mis cantantes favoritos, pero fue hasta El Tiempo de las Cerezas que me enamoré por completo del tipo. Y es que bueno, nadie me va a negar que tiene unas rolas buenísimas, escribe unas letras súper padres, su música es totalmente fuera de serie, los ritmos que usa hace que sus canciones sean completamente diferentes de lo que uno está acostumbrado a escuchar. Era por eso que escuchaba sus discos todo el día, relacionaba sus canciones con cada cosa que me pasaba y cada vez que escuchaba una de sus rolas en la radio le subía todo el volumen. Y es que cómo no iba a estar enajenada con él si es divino.



Después, cuando yo iba en preparatoria encontré a unos buenísimos amigos (creo que el mejor grupo de amigos de toda la vida). Las chicas estábamos enamoradas de los vampiros y compartíamos un buen de intereses y de más, con los chicos me juntaba a fumar en la cafetería (aunque estaba prohibido) y uno de ellos en especial (mi ya mencionado Villegas) compartía conmigo un vínculo muy pero muy padre: Enrique Bunbury! Pero no era sólo eso, a él, igual que a mí, le fascina cantar y nos echábamos todas las canciones de Bunbury entre clase y clase. Cuando nos íbamos de fiesta también cantábamos y no nos separábamos porque nos encantaba platicar, siempre teníamos opiniones similares, puntos de vista parecidos y nos intoxicábamos con alcohol y cigarrillos. Realmente siempre me la pasaba genial con él. El día más inolvidable que pasé con él fue cuando fuimos a un concierto de nuestro ídolo en el foro sol, estuvo genial. Y pues bueno, quise escribir un poquito acerca de él y nuestro enorme gusto por El Hombre Delgado Que No Flaqueará Jamás. Sólo puedo decir que mi desmejorado amigo es una de las mejores personas que he conocido en mi vida (y han sido muy pocas), le tengo un gran aprecio y siempre será un Habitante de mi Sangre.



Villegas: con mucho cariño te dedico este post, espero que te guste.



Me despido y les mando un gran abrazo a todos.

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