¿Se puede morir de tristeza? Yo creo que sí. Una vez yo morí de tristeza, hace varios años ya. Nunca he sido una chica muy sentimental, no es fácil hacerme sentir empatía por el sufrimiento ajeno, sin embargo existe una historia de amor que me hizo llorar.
Se trata de un libro llamado Marianela, de Benito Pérez Galdós, lo leí cuando iba en secundaria y es uno de mis libros favoritos hasta la fecha. El argumento es simple: Marianela es una niña huérfana y sin amor, es fea, raquítica y su desarrollo está por debajo de lo que correspondería a su edad. Tiene un amigo ciego y de clase social elevada, ella funge como su lazarillo y está enamorada de él. El chico le corresponde el sentimiento y le jura casarse con ella cuando sean mayores. Pero luego llega un médico a operarlo de la vista y, al mismo tiempo, llega también la prima del cieguito, citadina y hermosa. Cuando por fin el chico se recupera la primer persona a la que ve es su prima y pues se enamora de ella olvidándose (obviamente) de su amor por “la Nela” (como se conoce popularmente a la protagonista). Luego la Nela se niega a ver a su amado (por miedo a que la considere fea, lo que no era una conjetura muy errónea) y cuando éste por fin la “conoce”, la rechaza y le ofrece sólo su amistad. La Nela se muere de tristeza.
Y es increíble, pero sí, lloré a lágrima viva, ¡me dio tanto sentimiento!. Por eso creo que sí se puede morir de tristeza y de amor. Cuando yo morí de tristeza, obvio fue una muerte metafórica, fue como si me secaran completamente por dentro y luego congelaran mi alma y mi corazón; esto duros algunos meses. Durante todo ese tiempo escribí mas de lo que creo que volveré a escribir en toda mi vida; y creo que eso (junto con alguna otra cosa) fue lo que me ayudó para irme recuperando. Posteriormente fui despertando de mi letargo y se fue derritiendo todo el hielo que me envolvía.
Pero ¿por qué la historia de la Nela es tan triste? Yo creo que es porque su única felicidad radicaba en el amor, un amor que no se basaba en apariencias ni formalismos, sino en un puro y llano sentimiento, carente de los prejuicios de “belleza y fealdad”. ¿qué pasaría si todos los seres humanos estuviésemos privados del sentido de la vista? Quizá entonces le daríamos importancia a las cosas que en verdad la tienen, como el amor, la verdad, la libertad y la belleza interior. Cosas que muchas veces dejamos de lado para darles paso a la vanidad y futilidad. Cultivaríamos relaciones más honestas, que no sólo se basaran en apariencias y códigos de conducta en sociedad, sino en cosas más sanas para el alma. Aunque el ser humano es tan necio y estúpido que sin duda, aún si no pudiera ver, encontraría la manera de seguir ignorando todas estás cosas que, al parecer, no son importantes, pero llega un momento en que resulta que sí lo son, sin embargo es demasiado tarde.
Quizá sea muy romántico eso de “morir de tristeza”, pero creo que es más romántico apreciar las cosas verdaderamente bellas de la vida, aunque algunas veces haya que cerrar los ojos para verlas.
3 comentarios:
¡¡Muy cierto!! Es un libro muy conmovedor, y tienes toda la razón en eso de que el amor debería alejarse de idealismos tontos!!!!
Excelente post!!
Interesante, haber si logro encontrar el libro, saludos!
Ojalá sí puedas leerlo Merkuryto porque es un libro muy bonito. Saludos!!
Publicar un comentario