Alguna vez quise asesinar a mi profesor de matemáticas.

De hecho no sólo al de matemáticas, sino también al de literatura, al de biología y a la chaparra que daba “taller de inglés” ¿Cuándo eso ha sido una materia? Me pregunto yo. Y aclaro que mis ganas de ahorcarlos no se debían a que me desagradaran dichas asignaturas, no, no, no. Era más bien que en la preparatoria a la que yo asistía tenían la mala costumbre de contratar profesores poco o nada capacitados, era terrible ¿quién les daba derecho para jugar así con mi educación media superior?... je, bueno, exagero un poco.

En fin, el propósito de esto no es hablar sobre mi intento frustrado de quemar la escuela con todo y maestros dentro (y muchos de los alumnos también XD), sino de platicarles acerca de uno de los últimos libros que leí. Se titula precisamente “El Asesinato del Profesor de Matemáticas” y su autor es Jordi Sierra. Lo encontré en una de mis tantas andanzas en la red descargando libros y no sé por qué extraña razón comencé a leerlo justo en el momento en que lo guardé.

Quizá fue que es un libro cortito y (aparentemente) sencillo de leer. Está dirigido a los estudiantes de últimos grados de primaria y los de secundaria y plantea las matemáticas como un juego, queriendo hacerles ver a todos aquellos que creen que las matemáticas son lo más difícil del mundo que no es verdad. Todo esto mediante la historia de dos chicos y una chica que reprobaron la materia, así que su profesor les propone una especie de juego con problemas matemáticos para darles otra oportunidad de pasar.

El autor propone que quien lea el libro vaya resolviendo los problemas junto con los protagonistas, lo cual hace aún más entretenida la lectura. En lo personal me divertí bastante haciendo operaciones, deducciones y pensándole mucho cuando se trataba de acertijos que no iban tanto de matemáticas sino de lógica, que siempre han sido mis favoritos. Como este:

1) El espía naranja vive a la derecha del espía rojo.
2) Pedro vive en la
casa marrón.
3) El espía que tiene la pista M vive a dos casas del espía
amarillo.
4) La casa gris y la casa violeta son las de los extremos.
5)
Jorge vive en la casa violeta.
6) El espía azul vive entre el que tiene la
pista M y el que tiene la pista X-9.
7) Juan tiene la pista A.
8) El
espía amarillo y el espía azul son vecinos.
9) La casa verde está a la
derecha de la casa marrón.
10) José es vecino del que tiene la casa violeta.
Pregunta: ¿Dónde está la pista 7?

Les propongo que se tomen un rato y lo resuelvan (me pueden dejar sus comentarios) y, si saben dónde puedo encontrar más del mismo estilo, pues por fa pásenme el dato, je.

Nunca he odiado las matemáticas, aunque tampoco las considero así como que lo máximo, a final de cuentas hay que aprenderlas porque, se quiera o no, las usaremos toooda la vida y supongo que es mejor estar en buenos términos con ellas que no tragarlas para nada.

Y en cuanto a mi propio profesor de matemáticas, pues me di cuenta de que era mucho mejor “hacerle al barba” que estar enemistada con él y debo agregar que dicha táctica resultó benéfica porque, cuando el tipo fue ascendido a secretario de no sé qué, me salvó de muchas caídas en la dirección, je (era de las que se la pasaban armando líos por todos lados y a diario algún profesor me estaba regañando).

Total, ya les dejé el dato del libro y sí llegan a leerlo no dejen de platicarme qué tal. Salu2 y hasta la próxima!!!