Navegando aguas misteriosas.

Primero que nada quiero avisar que este post está lleno de spoilers, es más, todo él es un spoiler enorme. Así que si van a ver la peli les recomiendo que salgan de este blog y regresen cuando ya la hayan visto. Y ya que cumplí con mi deber civil de prevenir, entro de lleno en lo que me escuece las yemas de los dedos por escribir.

Desde que se estrenara Piratas del Caribe en el Fin del Mundo (allá por el año de 2007), he estado esperando ansiosa poder a ver la cuarta entrega de esta exitosa y (al menos para mi) entrañable saga. La última semana esta ansiedad se convirtió en obsesión y creo que hasta en sueños se hacía presente mi deseo (he aquí los traumas que puede causar un guapo actor en una franquicia de millones de dólares).

Pues bien, hoy muy temprano… bueno, tampoco tan temprano, más bien por eso del medio día, me fui junto con el papá de mi hijo a ver el estreno de Piratas del Caribe Navegando Aguas Misteriosas. Y ahora… ahora… tengo sentimientos encontrados; por un lado estoy muy feliz (¿cómo no? Ver al amor de mi vida en la pantalla grande siempre me pone feliz). Pero por otro, ay ¿cómo lo explico? Me domina un extraño sentimiento de vacío y engaño… Jajaja, cuánto drama.

La verdad es que en la primera peli, La Maldición del Perla Negra, me sorprendí, me sentí fascinada y salí del cine como ofuscada [palabra que aprendí hace poco viendo GaHoole y (copiando al escritor de las Catastróficas Desdichas, Lemony Snicket) que aquí significa ‘hipnotizado por la luna’, sólo que en este caso fue ‘por un pirata amanerado y mugroso']. Y sí, han pasado muchos años de aquello, pero aún me acuerdo. En El Cofre de la Muerte no paré de gritar de la emoción (ni de reírme, claro); en El Fin del Mundo estas reacciones se vieron casi duplicadas. Pero ahora… ahora… todo eso se vio lamentablemente disminuido.

¿Qué si Jack Sparrow me sigue fascinando y emocionando? Por supuesto que sí, su personaje no deja de ser ingenioso, adorable, cínico, un poco afeminado (¿por qué negarlo?), extravagante y muy pero muy original. Creo que de no ser por él, estas películas no habrían tenido ni un poquito del éxito que han alcanzado, pero no dejo de pensar que su búsqueda de la fuente de la juventud no es la gran aventura que él se merece… o al menos no lo pusieron como el gran Capitán Jack Sparrow que es y, para mi, como que faltó algo. Además de que no me gustó que le aclararán el cabello, o bueno, las rastas jeje; creo que eso lo hace cambiar más de lo que se puede pensar.


Lo que sin dudas eché de menos fue ver al Perla Negra en acción (junto con su hilarante tripulación); como que verlo sólo encerrado en una botella (en medio de una tormenta eso sí) no es lo que yo esperaba. Jack nunca capitanea (¿si se dice así?), bueno nunca se ve como capitán de una nave, no da órdenes ni es obedecido por nadie, entonces ¿cuál es el chiste? Pensé que no harían falta personajes como el de Turner, Swan, Davie Jones y la Tía Dalma, quizás vivo en el pasado, pero es que después de tres entregas con los mismos (o dos en algunos casos) como que uno se familiariza. Además La participación de Penélope Cruz realmente no me fascinó, y menos que besara a mi Jack. Lo bueno que al final la abandonó XD

Sin embargo no todo es desilusionante. Para empezar, Barbanegra: un pirata malo malo que no quiere ni a su propia hija, su único interés es encontrar el ‘Agua de Vida’ para no morir. Luego están las sirenas, con excelente efectos especiales y unas cualidades nada comunes o, para decirlo de otro modo, que nada tiene que ver con aquellas de la mitología. Muy hermosas, claro, pero con colmillos y bastante cabronas. Sus lágrimas son parte fundamental en el ritual que se tiene que llevar a cabo para que el agua de La Fuente de la Juventud haga efecto. Porque sí, había que complicar las cosas, y para poder disfrutar de la juventud de esa fuente se necesita de un par de cálices, la lágrima de sirena, el agua (por supuesto) y una víctima. No nada más era así de ‘me la tomo y ya’.

Pero a final de cuentas me pasé un rato muy agradable y sí me reí mucho. Aunque me pregunto porque me gustan tanto estas aventuras, si el mar me aterra y verlo así tan inmenso me causa mucha angustia. Total, que con tal de ver a Sparrow, cualquier sacrificio vale la pena y con gusto me sacrificaría volviendo a ver la peli un par de veces más. Pirata siempre ser!!!

Y como algo insignificante que agregar (y que nada tiene que ver con los piratas); dicen que mañana se acaba el mundo XD, así que hay que disfrutar del día de hoy y esperar que el fin sea rápido y sin dolor… jajajaja no se crean, es broma. Yo no me clavo con eso. Así que me reservo la tarde de mañana para leer y comentar mis blogs amigos (hoy ya no me da tiempo). Un beso a todos y hasta la próxima!!!