Mi blog de rarezas, lo que me pasa, lo que veo, lo que leo,
lo que escribo, lo que sueño, lo que pienso,
lo que siento, lo que hay, lo que me gusta y lo que no,
pero sobre todo mi amor por mi hijo,
entre miles de chifladuras más!

jueves, 3 de junio de 2010

Poema...

Hace eones que el ángel al que amé
salió de mi vida,
me destrozó el alma con su partida
entre sus alas se llevó mi alegría,
sólo me dejó tristeza y agonía.

Me refugié en la oscuridad
y derramé mi sangre,
pero no pude matar mi amor
por aquél ser divino
me deslicé en las llamas del infierno
y probé los pecados de la carne,
mas no pude olvidar su rostro
ni ahogándome en buen vino.

Amé a mortales, demonios y vampiros
y el recuerdo de mi ángel
se fue quedando en el olvido,
mas algunas veces de noche regresaba,
lacerando mi piel por el dolor
de haberlo perdido.

Caminando entre mortales un día pude encontrarlo,
con sus brazos y sus blancas alas me abrazó,
comprendí que nunca
podría dejar de amarlo,
pero que su lugar no estaba conmigo
sino con un ser superior.

Así que decidí vivir mi inmortalidad
en las sombras,
lejos de la dulce mirada de aquél amor,
y buscando por las noches
sangre con que alimentarme,
robando ilusiones y huyendo del sol.

El dolor en el pecho jamás me abandonó,
empezó a latir en mi
en lugar de mi corazón,
se hizo parte de mi vida
cual si fuera maldición,
me reconcilié con mi sufrimiento
y lo hice base de mi razón.

Pero otro amor tenía que llegar
a romperme el alma,
tan hecha pedacitos que un soplo
bastó para destrozarla,
puse los ojos
en el ser oscuro equivocado
y una vez más me dejé caer
en las manos del diablo.

Mi reciente amor estaba
destinado a fracasar,
no porque mi vampiro
no quisiera darme su sangre
sino porque yo no la podía tomar,
ya no me quedaba mas que
mi alma vieja para negociar,
pero el diablo no quiso
cambiármela por la libertad.

Y así a mi amor de colmillo
y garras dejé escapar,
me quedé llorando y bebiendo
para volver a olvidar,
porque de todos los ángeles
y demonios que pude yo amar,
los únicos que quise fueron
a los que jamás debí mirar.

Ahora beberé sangre caliente
para seguir sobre viviendo,
andaré el poco camino
que me resta hacia el infierno,
pronto dejaré los versos
y me desharé de los recuerdos,
me iré a dormir con el sonido
de mi corazón sustituto latiendo.

1 comentario:

Lydia Blackwood dijo...

Bastante conmovedor!! Llega!! Excelente!!!

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