Por lo general no me agrada eso de plagiarme información de otras páginas, todo lo que publico aquí es escrito por mí, siempre. Claro que en ocasiones tomo datos de otros lados, pero nunca copio la información tal como está. Hago esta aclaración porque el día de hoy voy a hablar a cerca de un asesino-caníbal del que no se mucho y pues tendré que tomar información de otros lugares. Todo esto a petición de mi amigo y colaborador Sohloh, que me sugirió que publicara aquí algo de este sujeto. ¿Y porque no lo publicas tú, si por eso te hice colaborador? Le pregunté y dijo “lo que pasa es que yo tengo otro tema que escribir”. Mmm… pretextos. Pero bueno, como no se me ocurría muy bien que publicar pues le tome la palabra, aunque había un ligero inconveniente, nunca había escuchado de este tal Caníbal de Ruthenberg o Rotemburgo. Cuando mi amigo dijo “creo que es un caníbal alemán” automáticamente pensé en el viejito Albert Fish, pero él me dijo que ese no era. Busqué información en el poderoso Google y encontré un poco a cerca de él.
Resulta que es un tipo llamado Armin Meiwes. Como la mayoría de asesinos que conocemos vivió una infancia difícil, apreciando sucesos violentos y situaciones familiares con exageradas dosis de disciplina. Formó parte del ejército. Le gustaba leer libros relacionados con muertes, canibalismo y asesinos en serie (a mí también me encanta eso y no me da por comer gente… aunque alguna vez ha pasado por mi cabeza saber qué se siente… o qué tal sabe). A través de la red comenzó a dar rienda suelta a sus extrañas fantasía, conoció a un tal Bernd Brandes, ingeniero de Berlín, quien tenía inclinaciones sexuales poco usuales. Tras una semana de experimentar distintas cosas, este le pidió a Meiwes que le amputara el pene, lo cual llevó a cabo y luego se lo comió.
Después mató al susodicho y se lo fue comiendo poco a poco. Pero seguía sintiendo deseos de más y buscó otras víctimas potenciales a través del internet, pero alguien lo denunció y fue arrestado por la policía. Sin embargo a la hora de juzgarlo y dictar su sentencia hubo problemas puesto que el asesinato se efectuó con total consentimiento de la víctima. Según el propio caníbal él nunca hubiera obligado a alguien a ser comido, sino que tenía que ser por propia voluntad.
También encontré en Youtube una especie de documental donde entrevistan a este señor. Alguien menciona que el caso del Caníbal de Rotemburgo asquearía al mismísimo Lecter pero, será esto cierto. La diferencia es que Lecter era todo un gourmet, amante de lo música clásica y el buen vino, con una inteligencia más allá de cualquier cosa vista pero, sobre todas estas cosas, se trata de la creación de un sujeto cuyo único fin es entretener. Lo que vemos aquí es la vida real, inclinaciones y fantasías fuera de lo normal, que a cualquier ser humano le resultarían repulsivas, denigrantes.
Les pongo la primera parte del documental, si desean ver el resto está en la página de videos. Y bueno, sólo puedo decir que en este mundo hay infinidad de monstruos y ninguno de nosotros somos quien para juzgar las razones o situaciones que los lleva a cometer tal o cual crimen; este caníbal no es, ni por poco, tan grave como otros casos, tanto de los que se han dado a conocer como de los que no. Yo pienso que comerse a una persona que te lo pide no es tan malo, comparándolo con aquellos que disfrutan torturando o violando niños; o, como una nota que vi hace poco en un blog, una tipa que vendía fetos (fetos humanos) como “amuletos de buena suerte”. ¿Eso no es aún más enfermo? En fin, perversiones hay muchas, si no ahí está todo lo que escribió el Divino Marqués, pero a los que no estamos tan locos sólo nos queda decir “ojalá que algo tan feo nunca me pase ni a mí ni a nadie de mi familia”. Hasta la próxima!!!
Resulta que es un tipo llamado Armin Meiwes. Como la mayoría de asesinos que conocemos vivió una infancia difícil, apreciando sucesos violentos y situaciones familiares con exageradas dosis de disciplina. Formó parte del ejército. Le gustaba leer libros relacionados con muertes, canibalismo y asesinos en serie (a mí también me encanta eso y no me da por comer gente… aunque alguna vez ha pasado por mi cabeza saber qué se siente… o qué tal sabe). A través de la red comenzó a dar rienda suelta a sus extrañas fantasía, conoció a un tal Bernd Brandes, ingeniero de Berlín, quien tenía inclinaciones sexuales poco usuales. Tras una semana de experimentar distintas cosas, este le pidió a Meiwes que le amputara el pene, lo cual llevó a cabo y luego se lo comió.
Después mató al susodicho y se lo fue comiendo poco a poco. Pero seguía sintiendo deseos de más y buscó otras víctimas potenciales a través del internet, pero alguien lo denunció y fue arrestado por la policía. Sin embargo a la hora de juzgarlo y dictar su sentencia hubo problemas puesto que el asesinato se efectuó con total consentimiento de la víctima. Según el propio caníbal él nunca hubiera obligado a alguien a ser comido, sino que tenía que ser por propia voluntad.
También encontré en Youtube una especie de documental donde entrevistan a este señor. Alguien menciona que el caso del Caníbal de Rotemburgo asquearía al mismísimo Lecter pero, será esto cierto. La diferencia es que Lecter era todo un gourmet, amante de lo música clásica y el buen vino, con una inteligencia más allá de cualquier cosa vista pero, sobre todas estas cosas, se trata de la creación de un sujeto cuyo único fin es entretener. Lo que vemos aquí es la vida real, inclinaciones y fantasías fuera de lo normal, que a cualquier ser humano le resultarían repulsivas, denigrantes.
Les pongo la primera parte del documental, si desean ver el resto está en la página de videos. Y bueno, sólo puedo decir que en este mundo hay infinidad de monstruos y ninguno de nosotros somos quien para juzgar las razones o situaciones que los lleva a cometer tal o cual crimen; este caníbal no es, ni por poco, tan grave como otros casos, tanto de los que se han dado a conocer como de los que no. Yo pienso que comerse a una persona que te lo pide no es tan malo, comparándolo con aquellos que disfrutan torturando o violando niños; o, como una nota que vi hace poco en un blog, una tipa que vendía fetos (fetos humanos) como “amuletos de buena suerte”. ¿Eso no es aún más enfermo? En fin, perversiones hay muchas, si no ahí está todo lo que escribió el Divino Marqués, pero a los que no estamos tan locos sólo nos queda decir “ojalá que algo tan feo nunca me pase ni a mí ni a nadie de mi familia”. Hasta la próxima!!!
Fuentes: jluis37, Escrito con Sangre.
4 comentarios:
Terrible!!! A mí también me gusta leer sobre asesinos seriales y ver pelis, pero ni por un momento se me ocurrió siquiera pensar cómo es el gusto de la carne humana. Y cuántos habrán tenido infancias infelices sin llegar a convertise en caníbales o monstruos? Qué cosa activará la cabeza de éstos seres para llegar a ser lo que fueron o son??
Besos.
@Aldhanax Swan: Estoy de acuerdo contigo, pero es que la mente humana es tan inmensamente compleja que da miedo. Por eso me llama tanto la atención la psicología criminal, porque indaga lo que pasa por la cabeza de sujetos como este y desentraña las razones de porque alguien llega a cometer actos así.
Salu2!!
Ya conocía la historia de esta dupla caníbal/comido y siempre me pareció increíble. Dicen que la realidad supera la ficción y cada vez estoy más convencida de que es así nomás.
Un saludo grande, muy buena reseña.
@Ana Laura: Sí, la verdad es que así es, hay tanto maniáco suelto que ya ni se sabe. Un beso!!
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