Yo no me subo a ese auto.

Si cualquier escritorzuelo hubiera creado una novela donde el “monstruo” fuera un automóvil poseído por una extraña fuerza demoniaca, quizá ni siquiera me hubiera tomado la molestia de leerla y mucho menos ver un filme basado en ella. No así tratándose de Stephen King, el renombrado Maestro del Terror, y su libro Christine.

Christine es un Plymouth Fury 1958. Es adquirido (o bueno, adquirida) por un joven llamado Arnie y entonces empiezan todas las desgracias del chico, aunque él no las ve como tales. El antiguo dueño de Christine (muerto poco después de deshacerse de ella) de alguna manera todavía vive en el auto y, a través de él, controla a Arnie. Definitivamente es una historia muy fumada que, repito, salida de cualquier otra pluma habría resultado absurda y quizás mala; pero Stephen King nos demuestra una vez más cómo de las cosas más simples él puede sacar historias macabras bien trabajadas.

Bueno, no es que Christine me haya hecho sentir mucho miedo, en realidad creo que este es el primer libro de King que no me pone la piel chinita, pero aún así me ha gustado bastante, he estado muy entretenida durante la lectura. ¿Por qué? Pues sencillamente por el ensañamiento del automóvil y su demoniaco conductor con aquellos que asesinan. No es sólo “te atropello y ya”, sino que es “te atropello, te mato y te remato. Ah, y por si queda duda, te vuelvo a pasar por encima”. Eso me pareció genial, bueno, lo que pasa es que me gustan las muertes muy violentas y sangrientas (en la ficción).

También me hizo reír mucho, sobre todo cuando la novia de Arnie está a punto de ahogarse con una hamburguesa del McDonald’s. Diablos, ese auto sí que tiene sentido del humor. El final no me fascinó, pero tampoco estuvo tan mal, por lo menos no fue uno de esos finales de “felices por siempre”, odio esos finales en libros como este, sobre todo en los libros de King.

Yo de autos no sé mucho, más bien nada (con excepción de que tienen cuatro ruedas y usan gasolina, je). Y en el libro pues sí se usa mucho el lenguaje automovilístico (o como quiera que se defina a esa terminología…), quizá alguien que sepa mucho del tema, sobre todo de autos antiguos y de colección, se sienta realmente bien leyendo Christine. Pero eso no quiere decir que una chica como yo, que ni por error sé cambiar una rueda, no entendiera de lo que se está hablando y tampoco me sentí perdida entre todo eso. Vamos, quiero decir que el hecho de que la historia a ratos se centre mucho en carros, no resulta aburrido. Aunque a veces me llegué a preguntar sí el autor me estaba dando datos reales o no, que yo supongo que sí, aunque quien sabe sí King ya sabía todo eso o tuvo que investigarlo para escribir este libro.


En cuanto a la película. Me gustó. No me súper encantó ni me enloqueció, pero no es nefasta. Para empezar es de John Carpenter (sí, ese que hizo Halloween). Claro que le cambiaron muchas cosas, demasiadas, porque pues el libro sí es bastante larguito, pero eso no impide que sea entretenida y que ponga en la pantalla la esencia de lo que es Christine. Además de que me latió que le dan su justo lugar a la música, que es otra de las cosas muy marcadas en el libro, ya que cada capítulo comienza con la letra de una canción.

En fin, ambos recomendados. El libro, mucho. La película, sólo para pasar el rato. Aunque eso sí, tengo por seguro que nunca me subiré a un auto que se llame Christine, así sea sólo porque el dueño tenga un negro sentido del humor XD. Hasta la próxima!!!